Lunes 26 de Marzo de 2018
Con una oración por los caídos argentinos e ingleses en la guerra de Malvinas y un llamado a “trabajar por la cultura del encuentro sin divisiones ni odios ni guerras”, concluyó esta mañana la ceremonia religiosa en el cementerio de Darwin de la que participó un contingente de 248 argentinos, la mayoría de ellos familiares de los 90 soldados identificados el año pasado.
Los familiares siguieron la ceremonia sentados en sillas dispuestas frente a las tumbas de sus seres queridos y otros directamente sentados sobre las piedras de la sepultura.
La ceremonia fue presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Enrique Eguía Seguí, y representantes católicos y protestantes, y en ella también se bendijo una imagen de la virgen de Luján que será traída al continente para recorrer los hogares de los familiares que no pudieron viajar hoy a las islas.
El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, afirmó sentir “mucha emoción” porque “por fin afloró la vida y celebramos la vida”, y consideró que, con el homenaje realizado allí a los caídos en la guerra de Malvinas, “desde el Estado” se está dando “un paso gigantesco para saldar una deuda con los familiares”.
Con una temperatura de 5 grados y un cielo totalmente despejado, los primeros familiares en pisar suelo malvinense ingresaron al cementerio con llantos desconsolados y abrazados, y enseguida se dirigieron a la tumba identificada de su ser querido.
A bordo de tres aviones, además de los familiares llegaron temprano esta mañana a la base militar de Mount Pleasant, el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, autoridades de la embajada británica, miembros de la Corporación América que financia el viaje y una reducida comitiva de prensa, entre la que se encuentra la agencia Télam.
A pocos días de cumplirse el 36 aniversario del inicio de la guerra, en el cementerio se realizará una ceremonia inédita, en la que se rezará por los muertos argentinos y británicos, que incluirá una celebración religiosa y una guardia que realizará honores militares con gaiteros que tocarán distintas melodías.
Los familiares -madres y padres, hijos, hermanos y sobrinos- son acompañados en todo momento por médicos y psicólogos, debido al alto contenido emocional del viaje y porque gran parte de ellos son adultos mayores.