Si bien siempre es saludable disfrutar momentos de ocio al aire libre porque resulta sano para la salud mental y física, además de favorecer las relaciones sociales, la exposición al sol del verano puede ocasionar ciertos trastornos si el hábito se lleva a cabo en horarios inapropiados o durante largos lapsos de tiempo. Vale la pena refrescar cuáles son las recomendaciones y qué ocurre con los niños. ¿El cáncer de piel duele?
La dermatóloga Sonia Amigone explicó que los horarios de exposición dependen del lugar del planeta en el que esté la persona. “Se recomienda la exposición cuando el sol se encuentre a unos 45º de la superficie donde estemos parados; es decir, que la sombra que genere nuestro cuerpo por el sol sea más larga que nuestra altura”, comparó. “Ahí estaremos seguros de que estamos ante un horario correcto para la exposición”, sentenció.
La doctora manifestó que los rayos ultravioletas a los que estamos expuestos se encuentran en cualquier época, con lo cual lo recomendable es cuidarse todo el año. No obstante, según el tipo de piel se deben utilizar protectores solares con Factores de Protección Solar (FPS) más elevados en verano que en invierno.
“En época estival es conveniente utilizar FPS altos, de 50 o más, con aplicaciones cada tres horas o cuando salimos del agua y si hacemos actividad física y transpiramos mucho”, indicó la médica santarroseña, que recomendó la colocación del producto media hora antes de la exposición al sol.
En diálogo con Diario Textual, aclaró que cuando se habla de exponerse al sol se alude a la realización de las tareas habituales, y no solamente al hecho de estar exclusivamente tomando sol. “Si estamos con traje de baño es clave colocarnos protector en todo el cuerpo y en caso de estar más vestidos lo empleamos en las zonas expuestas”.
Otro punto a tener en cuenta es la vestimenta. “Siempre debemos ayudarnos con la utilización de sombreros, ropas adecuadas, livianas y claras. En el caso de los niños se deben tomar las mismas precauciones y si son muy blancos podemos comprarles ropas con filtro solar”, aconsejó la profesional de la salud.
¿Y los bebés? Fue contundente al asegurar que “no se aconseja exponerlos” a los rayos ultravioletas. “Existen protectores solares que deben ser colocados en caso que tengamos que salir con ellos por razones de fuerza mayor”, dijo.
La especialista en cuidados de la piel resaltó que los efectos del sol pueden afectar también a los adultos mayores, por lo que deben cuidarse con todas las medidas posibles. Para ese grupo etario recomendó también el uso de protectores solares, gorros, permanecer a la sombra y elegir los horarios de exposición.
En temporada de invierno se pueden utilizar FPS más bajos (30) para proteger las zonas expuestas. “Las radiaciones solares son acumulativas y es por ello que el cuidado no debe circunscribirse a los días de vacaciones sino a toda nuestra vida”, insistió.
Sobre ciertas manchas que comienzan a aparecer en la piel negó que “sean producto de la edad” y las atribuyó al tiempo que una persona estuvo expuesta al sol. “La acumulación de la radiación solar en el tiempo puede provocarnos lesiones malignas”, advirtió. “Las personas suelen medir el grado de gravedad de lo que les pasa por el dolor, aunque es bueno saber que el cáncer de piel no duele”, indicó.
Finalmente, encomendó hacerse un control anual de manchas y lunares. “Ante cualquier modificación de una lesión previa, ya sea picazón, aumento de tamaño o sangrado se debe consultar al dermatólogo”.