Italia, Miércoles 18 de Enero 2017
Las primeras informaciones indican que el epicentro fue en Montereale, provincia de L’Aquila, a una profundidad de casi 10 kilometros. Una tormenta previa complica el traslado de equipos por un “muro de nieve” que bloquea caminos y además hay una autopista cerrada por precaución.
Una serie de sismos, los de mayor intensidad hasta el momento de 5,4 grados, sacudieron la región central de Italia este miércoles por la mañana, con epicentro en Montereale, provincia de L’Aquila (ver mapa debajo) y una profundidad que varía entre los 9 y 15 kilómetros. Las estimaciones corresponden a la medición del Instituto Nacional de de Geofísica y Vulcanología (INGV) del país europeo.
Los reportes iniciales señalan que los temblores se sintieron en la capital del país, Roma, pero con más fuerza en Lazio, Abruzzo, Marche y Firenze. No hay reportes concretos de daños, aunque se sabe que hubo llamadas alertando sobre derrumbes, pero sin que se precisaran las consecuencias edilicias o de personas heridas.
La carretera que une Roma, L’Aquila y Teramo se cerró para comprobar posibles daños causados por el sismo. Hay reportes de daños edilicios y muchas complicaciones porque la zona estaba además cubierta de una gruesa capa de nieve. También había zonas sin electricidad y escasa comunicación.
«El sismo se sintió mucho. Estamos luchando también con la emergencia de la nieve, que dejó 48 horas sin electricidad a la ciudad», dijo el alcalde de Ascoli Piceno, Guido Castelli.
«Es una situación muy complicada, hay lugares con un metro y medio de nieve. Tenemos reportes de daños por el sismo, pero esta noche además hubo una serie de colapsos en la nieve», agregó el funcionario.
Dijo también que hay equipos de rescate que trabajan para apartar la nieve en lugares donde se generaron verdaderos «muros» y de esa manera abrir los caminos para poder transportar remedios y los elementos necesarios para atender la emergencia provocada por el temblor.
En Rieti se han cerrado por precaución las escuelas y se ha enviado a los estudiantes de regreso a sus hogares, siguiendo la rutina de emergencia prevista para estos casos. En Roma hubo alerta en los colegios al sentirse el temblor y muchos jóvenes salieron a los patios para protegerse de eventuales derrumbes.