Australia, jueves 26 de enero de 2017
Federer es una leyenda viviente del tenis. Y va por más. Su físico, a los 35 años, le pidió descanso en el segundo semestre de 2015 y él se lo dio. Y ahora volvió y luce impecable como en sus mejores épocas.
El suizo arrancó Australia como 17mo. Preclasificado y el destino le hizo un guiño porque en las dos primeras rondas tuvo rivales accesibles: el austríaco Jurgen Melzer y el estadounidense Noah Rubin.
En la tercera ronda se topó con su primer rival de peso, el checo Tomas Berdych (10 del mundo) y lo eliminó en tres sets.
Y en la siguiente instancia, en los octavos de final, dio una clara muestra de que su físico estaba impecable al superar al japonés Kei Nishikori (5) en cinco sets.
El azar jugó nuevamente a su favor y en cuartos de final no se topó con el escocés Andy Murray sino con el verdugo de este, el alemán Mischa Zverev, y lo superó sin mayores problemas.
Y entonces llegó el turno de medirse con su compatriota Stan Wawrinka. Le había ganado 18 de las 21 veces que se enfrentaron y todas las que jugaron sobre cancha rápida.
Pero Wawrinka ya tiene sobre sus espaldas tres Grand Slam ganados y no iba a ser un rival cómodo.
Y no lo fue. Federer se llevó el primer set ajustado (7-5), el segundo un poco más cómodo (6-3) y pareció que en el tercero se tomó un descanso (1-6).
Pero cuando quiso volver en el cuarto, su rival estaba sólido y se llevó el parcial por 6-4 para forzar un quinto set.
El momento clave del parcial definitivo fue en el quinto game cuando Federer sacó 2-2 y estuvo a punto de ceder su saque.
Tras lograr mantenerlo quebró en el siguiente juego y así encaminó el rumbo hacia la victoria.
Federer se clasificó para su final número 28 de Grand Slam. Lleva ganados 17, lo que lo convierte en el tenista con más títulos en esta clase de torneos.
En Australia jugó cinco finales y ganó cuatro (2004, ’05, ’06 y ’10). Solo perdió la de 2009 frente a Rafael Nadal.
Su último título de Grand Slam lo ganó en Wimbledon, en 2012, y su última final la jugó en el abierto de los Estados en 2015.
Su rival en la final saldrá del español Rafael Nadal y el búlgaro Grigor Dimitrov.
Ya no alcanzan los adjetivos para calificarlo. Solo resta decirle gracias una vez más.