Domingo 25 de diciembre de 2016
Diez obispos patagónicos, entre ellos Virginio Breffanelli (Neuquén), Juan Carlos Romanín, (emérito de Río Gallegos) y Fernando Croxatto (auxiliar de Comodoro Rivadavia), coincidieron en afirmar que «el camino verdadero y lleno de esperanza para superar diferencias y conflictos no será nunca el de la violencia, sino el del respeto, el diálogo y el encuentro fraterno».
Por su parte, desde San Juan, el arzobispo Alfonso Delgado le pidió a Dios como regalo «más políticos a quienes les duela la vida de los más pobres» y consideró «imperioso procurar que haya trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos».
«No es extraño que una misma palabra tenga significados y resonancias diversas en quienes la pronuncias. Y no hablemos de los gritos, insultos y otras lindezas que hacen que la vida ciudadana se parezca más a una batalla campal en medio de la oscuridad: todos contra todos», planteó, en tanto, el obispo de San Francisco, Córdoba, Sergio Buenanueva.
Andrés Stanovnik, arzobispo de Corrientes, advirtió que si la Navidad no incide en la convivencia social, la política, la economía y la cultura, «no vale la pena» celebrarla, porque se está «perdiendo el tiempo».
El arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, destacó que la Navidad siempre llena de esperanza, pese a los momentos de dolor padecidos durante el año, e hizo un llamado a la reconciliación y a «apostar todos a una unidad cada día más profunda».
En tanto, el obispo de Quilmes, Carlos Tissera, expresó su preocupación por el crecimiento de la pobreza, el aumento de la cantidad de niños que «necesitan comer», el trabajo que está faltando y el «dinero que no alcanza», por lo que exhortó a unirse en el reclamo de las 3T que plantea el papa Francisco: techo, tierra y trabajo.
Ariel Torrado Mosconi, obispo de Nueve de Julio alertó por su parte que uno de los problemas argentinos son «las grietas que se profundizan», «las diferencias que se ahondan» y «la tentación permanente de la división y la falta de unidad».
Los obispos de Santiago del Estero y de Añatuya, Vicente Bokalic y José Melitón Chávez, respectivamente, instaron a cuidar y proteger a los niños que padecen «marginación, desintegración familiar, condiciones de vida indignas» y aseguraron que también hoy, como en el nacimiento de Jesús, hay muchos pesebres «marcados por el olvido, pobreza y desidia humana».
Finalmente, el obispo de Mar del Plata, Antonio Marino, invitó a recibir la Navidad con fe y esperanza, además de exhortar a «mostrar mayor sensibilidad» con aquellos que, como Jesús en el pesebre de Belén, «viven en la pobreza y en la marginación».
Ayer, los miembros de la Conferencia Episcopal, que preside monseñor José María Arancedo, se reunieron con el presidente Mauricio Macri, en la Quinta de Olivos, para llevar su mensaje por la Navidad.
A través de un comunicado de la Conferencia Episcopal, los obispos señalaron que «como pueblo, necesitamos sentarnos a la mesa, disponernos para el diálogo responsable y permanente, y así fortalecer nuestra aún frágil convivencia ciudadana».
Al mismo tiempo, criticaron a los políticos que, anteponiendo «intereses electorales» al bien común, le «hacen mucho daño al país», e hizo un llamado «apremiante» a los empresarios para que inviertan en empleo digno y bien remunerado.