(Telam- Por Julio Mosle) Mujeres y personas gestantes en período de lactancia donan parte de su leche para bebés prematuros o de riesgo, quienes la reciben a través de bancos especializados distribuidos en todo el país, como el que funciona desde 2009 en el Hospital Materno Infantil Ramón Sardá, en la Ciudad de Buenos Aires.
Este centro de salud se sumó a los objetivos sanitarios de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que comienza mañana y finaliza el próximo domingo y cuyo lema es «Proteger la lactancia materna: una responsabilidad compartida».
Agustina Campos es una de las mujeres que supo donar al Centro de Lactancia Materna y Banco de Leche Humana del hospital Sardá.
Tiene 35 años, trabaja en una PyME metalúrgica y vive en la localidad de Ciudad Jardín, en el oeste del Gran Buenos Aires, junto a su esposo Leandro y sus hijos Francisco, de 5 años, y Gaspar, de 15 días.
Agustina, quien comenzó a donar leche durante la lactancia de su primer hijo, relató a Télam: «En 2016, cuando nació Francisco, me informé sobre la lactancia materna. Así me enteré que existían bancos de leche. Averigüe cuáles eran los requisitos y cuando me sentí segura con la lactancia de mi hijo empecé a recolectar leche para donar al de de la maternidad Sardá».
«Empecé a donar -rememoró- en septiembre de ese año. Lo hice durante dos meses y medio o tres porque sabia que era necesario para bebés enfermos o prematuros y en agradecimiento de haber tenido a mi hijo sano. Se me ocurrió poder a ayudar a quienes lo necesitaban», recordó.
Este año, la Alianza Mundial para la Acción sobre Lactancia Materna, una red impulsada por la OMS/OPS, promueve el lema «Proteger la lactancia materna: una responsabilidad compartida».
«El embarazo y la lactancia son un momento especialmente vulnerable para las mujeres trabajadoras y sus familias. Las mujeres embarazadas y lactantes requieren protección especial para prevenir daños a su salud o a la de sus bebés, y necesitan tiempo suficiente para dar a luz, recuperarse y amamantar a sus hijos. Al mismo tiempo, también necesitan protección para garantizar que sus puestos de trabajo no se vean amenazados por el embarazo o la licencia de maternidad», advierte la OMS/OPS en su sitio web.
Ese organismo multilateral recomienda que los países implementen el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, al cual consideran «vital (para) garantizar que las madres lactantes no sean blanco de la industria, el marketing o los profesionales de la salud pública que quieren poner en peligro su lactancia materna mediante la promoción de la alimentación con fórmula».
De acuerdo con CESNI, una asociación civil dedicada a la investigación y educación en nutrición infantil, la Argentina «aparece dentro del grupo de países que han incorporado un número elevado de disposiciones a la legislación».
En ese sentido, la Ley Nacional de Lactancia Materna Nº 26.873 establece la necesidad de «concientizar y capacitar a la población en general, a los agentes de salud, a los promotores sociales y a los padres en particular, acerca de los beneficios y ventajas de la lactancia materna y de la correcta utilización de alimentos sucedáneos y complementarios».
Y ordena «difundir el Código Internacional de Sucedáneos de la Leche Materna», sancionado en 1981, en el marco de la Asamblea Mundial de la Salud realizada ese año a instancias de Naciones Unidas, y que la Argentina incorporó en 1997.
Para Agustina fue clave compartir con otras madres la leche que ella iba a desechar. «No es un proceso doloroso -reflexionó ante Télam-. Todas las mamás que amamantamos tenemos que sacarnos leche y la mayoría de ella debe ser desechada si no permitimos que otros bebés la aprovechen a través de bancos como el de la maternidad Sardá».
«En mi experiencia, el proceso después de acercarme al banco de la maternidad para averiguar fue que ellos me pidieron todos los estudios clínicos necesarios para saber si yo podía ser donante y te piden que estés amamantando un hijo de hasta un año de edad», señaló.
En ese sentido, agregó que «el banco envía unos vasos recolectores a tu casa, cada vez que te sacas leche, no importa si no se llena el frasco, se pone en el vaso recolector y se pone la fecha de extracción para tener una idea de la edad de tu hijo al momento de la extracción ya que la leche materna cambia su composición a medida que el bebé va creciendo, porque necesita distintos aportes nutricionales».
«Esa leche se pone en freezer y cuando lo considerás o llenás todos todos los vasos recolectores llamas al banco y ellos coordinan el retiro de los mismos para que no pierdan cadena de frío, y así podes ir repitiendo la cantidad de meses que quieras o puedas», completó.
Agustina reconoció: «No sabía mucho antes de ser mamá. Me interioricé en el tema cuando consulté a mi puericultora y ahí empecé a conocer un poco más en relación de la donación; los bebés que reciben esta leche son bebes prematuros o que tienen alguna enfermedad porque la leche materna es el alimento por excelencia que todos los bebes deberían consumir».
«A las mujeres que hoy están en condiciones de donar, les diría que se informen y que si bien es un proceso que lleva tiempo, adaptado a la rutina se puede realizar fácilmente; es importante que se sepa quienes están en condiciones de donar para que se animen a realizarlo», enfatizó.
«Con la llegada de mi segundo hijo ya estoy en contacto con al banco de leche para volver a realizar donación si las condiciones se dan. Las mamás que donamos leche no donamos porque la leche nos sobra, sino que dedicamos tiempo de extracción para que esa leche que nos sacamos sea alimento para otros bebés», finalizó.
En su página web, el Centro de Lactancia Materna y Banco de Leche Humana del hospital Sardá recuerda que «la lactancia materna es considerada una herramienta sanitaria de importancia para la reducción de la morbi-mortalidad infantil y neonatal».
Para ser donante, esa institución informa que los requisitos son ser saludable y estar amamantando, poseer análisis de sangre negativos para HIV, Hepatitis B, VDRL, Toxoplasmosis y Chagas que no superan los 6 meses de antigüedad, no consumir medicamentos contraindicados para la lactancia, no tomar bebidas alcohólicas, no fumar ni consumir drogas, no haberse realizado un tatuaje en los últimos 6 meses, no haber recibido una transfusión de sangre en los últimos 6 meses y tener menos de 1 año de lactancia.