Regionales, Miércoles 18 de Enero 2017
Tras las dos muertes por picaduras de escorpión en Córdoba y otros casos de gravedad en Buenos Aires, “Río Negro” consultó a una especialista sobre los ejemplares frecuentes de la región.
Varios casos de envenenamiento por picadura de alacrán, algunos con consecuencias fatales y otros de extrema gravedad conmueven al país en estos días. Sin embargo, en Río Negro, no existen registros de este tipo de efectos a pesar de que la presencia de ejemplares de esa clase es muy frecuente en la región.
Esto se debe a que los alacranes o escorpiones (ambos términos son sinónimos y no representan ninguna diferenciación entre sí) que habitan la Patagonia corresponden a géneros que no son los de interés toxicológico o médico-sanitario, según explicó la bióloga y aracnóloga sanantoniense Mirta Carbajal, ya que no revisten riesgo serio para la salud humana.
La profesional sostuvo que la distribución del género Tityus, que es el que provocó muertes y graves secuelas en sus víctimas recientemente, se ha registrado hasta el sur de la Bahía de Samborombón, en Buenos Aires, pero no hay datos de su presencia en zonas más australes. Los casos fatales que se han conocido en el país son los de dos niños, de tres y de siete años, en Córdoba. También trascendió el de un niño de cinco años, de Buenos Aires, que tuvo cuatro paros cardiológicos pero que ayer fue dado de alta. Ahora, deberá seguir un tratamiento ambulatorio,
Cómo son
Los alacranes que viven en la Patagonia son del género Bothriurus, tienen sus pinzas más cortas y gruesas que los ponzoñosos y el telson (aguijón de la cola) no posee apófisis subaculear (que es una espina que da la impresión de que el aguijón es doble).
Carbajal sostuvo que la picadura de los alacranes autóctonos no es más peligrosa que la de una avispa o una abeja, y sólo requiere de atención médica en caso de que provoque alguna reacción alérgica en el potencial paciente.
Admitió que el pinchazo es doloroso, pero no existen registros de consecuencias severas.
No obstante, recomendó en caso de que se sufra la picadura “conservar el animal lo más entero posible para llevar a analizar, pero su efecto no provoca preocupación”.
Explicó que el hecho de que no existan en la zona variedades de las más peligrosas está dado por la conformación del “nicho ecológico, con los parámetros de temperatura, humedad y demás condiciones ambientales adversas para esas especies”.
La única posibilidad de encontrar especies potencialmente letales al sur de país es que sean transportadas de manera accidental o intencional.
La picadura de los escorpiones Tityus provoca en el sitio del aguijonamiento, dolor agudo, punzante y muy intenso que puede extenderse hacia zonas contiguas.
Puede observarse un leve edema y, en ocasiones, sólo se visualiza un punto eritematoso como huella del accidente.
Otras manifestaciones locales son sensación de hormigueo, contracciones musculares fibrilares en el área afectada, piloerección y sudoración.
A esos síntomas locales se le agregan manifestaciones sistémicas por compromiso del sistema nervioso autónomo que pueden poner en riesgo la vida del paciente. Su aparición es más común en niños, siendo rara en mayores de 12 años.
Alteraciones cardiovasculares, respiratorias, hipersecreción glandular, cefalea, palidez, hipotermia, frialdad de los miembros, dolor abdominal intenso y trastornos del sensorio como confusión mental, que puede alternarse con excitación psicomotriz, temblores o convulsiones, son algunos de los efectos más graves que pueden llevar a la muerte.
Qué hacer ante una picadura
Aplicar compresas frías o hielo en la zona de la picadura. Esto contribuirá a calmar el dolor y producirá vasoconstricción, enlenteciendo la liberación del veneno.
Utilizar analgésicos si
fuese necesario. Si el dolor fuera muy intenso, eventualmente se puede aplicar lidocaína subcutánea en el sitio de la picadura. Colocar un acceso venoso y asegurar las medidas generales de sostén cuando sea necesario, de acuerdo a la gravedad del cuadro.
Vigilar la mecánica respiratoria.
Evaluar la necesidad de profilaxis antitetánica.
Lo que debe evitarse: apretar o perforar el área de la picadura, quemar o aplicar soluciones sobre la misma, intentar retirar el veneno con la boca.
Hay alrededor de 1.500 tipos, de los cuales unos 30 pueden causar complicaciones graves y provocar la muerte. El veneno afecta más a los niños y a los ancianos.