En la mañana de hoy continúan las negociaciones paritarias y los gremios petroleros neuquinos esperan que YPF realice hoy una propuesta de aumento de sueldo a la vez que anunciaron que de no ser así, podrían realizar un fuerte paro contra la empresa.
Al igual que sus pares de Chubut y Santa Cruz que realizaron un paro con millonarias pérdidas para la compañía y las provincias y que generó un fuerte desabastecimiento de combustible en la zona, los trabajadores neuquinos apuntan todas las acciones a YPF, la principal operadora del país, al entender que la empresa nacional incumplió con el compromiso de levantar equipos que había adoptado a principios de año.
“Las condiciones son muy distintas que cuando se firmó el acuerdo en enero. El barril no superaba los 30 dólares –ahora está en 50– y el precio del gas se duplicó. Hay condiciones para que se reactive”, señaló a un importante medio regional Marcelo Rucci, intendente de Rincón de los Sauces y hombre fuerte del sindicato de petroleros.
A la vez, afirmó que las negociaciones con las empresas se retomarán hoy a las 11 cuando se realice la tercera reunión paritaria donde se espera la presencia del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y de las dos cámaras que nuclean a empresas operadoras y de servicios. “Esperamos una contrapropuesta de YPF, buena o mala, pero por lo menos una respuesta. Apostamos al diálogo, pero tenemos herramientas para accionar en caso de que sea necesario”, dijo.
Tanto el sindicato de petroleros como el de Jerárquicos están bajo una conciliación obligatoria.
Los gremios neuquinos reclaman una suba del 40%. Parte de esa suma, aseguran corresponde al atraso salarial del año pasado. Unos 32 puntos es la suma “genuina” que reclaman para 2016. Además, se discutirá la continuidad del preventivo de crisis, que en teoría termina esta semana. Las empresas presionan para renovarlo, bajo la amenaza de tener que despedir unos 1.400 trabajadores en Neuquén.
Los gremios creen que hay condiciones para reactivar sin tener que apelar a las suspensiones rotativas, una salida que adoptó Guillermo Pereyra y que tuvo un alto costo político puertas adentro del sindicato.